La felicidad es un concepto amplio y subjetivo. Lo que para algunos puede ser un momento de dicha, para otro simplemente puede ser un buen momento o ni siquiera eso, pero si hay algo que todos queremos en nuestra vida es ser felices.
Cómo buscamos la felicidad, qué hacemos para conseguirla varía de persona en persona y cada cierto tiempo estamos escuchando de distintas teorías que nos dicen qué cosas o situaciones nos pueden ayudar a ser felices.
Los países escandinavos saben mucho de esto, por eso no es casualidad que año tras año se lleven los primeros puestos en el ranking mundial que mide esta emoción en las personas y desde ahí han salido distintas corrientes que nos invitan a practicar cierto estilo de vida para conseguirla.
Hace algunos años empezamos a escuchar sobre el Hygge (un concepto danés que no tiene traducción exacta en otros idiomas) que anima a las personas a disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Básicamente se trata de apreciar los momentos más allá de las cosas; de lo que nos resulta acogedor, lo cómodo y lo cálido.
De acuerdo a su manifiesto, la vida se trata de disfrutar de ambientes acogedores, donde haya poca luz y las velas sean las protagonistas, dejar de lado todo lo que nos aleje del “aquí y el ahora”, ser agradecidos por lo que tenemos, desconectarnos cuando sea posible y buscar la comodidad para relajarnos, construir relaciones e historias y por qué no, disfrutar de esas cositas dulces que tanto nos gustan.
Otra corriente que busca el bienestar y que también viene de los países nórdicos es el “Lagom”. A diferencia del Hygge que viene de Dinamarca, Lagom viene de Suecia y se podría traducir así como “la cantidad justa” o “sólo lo necesario”. Un concepto que busca la armonía en los todos los aspectos y se puede aplicar fácilmente a cómo vivimos, la conducta que tenemos y la existencia o no de equilibrio en nuestra vida. También nos invita a ser responsables con nosotros mismos y con quienes nos rodean.
Lagom puede ser lo que queramos: una persona, una comida o una cosa; lo importante aquí es buscar la armonía y descubrir las ventajas de lo simple porque recuerda, no se trata de que sea ni mucho ni poco…todo debe ser en su justa medida.
Con el verano los días se tornan más largos y con ello se reactivan las actividades al aire libre. Atrás quedan las ganas de consumir alimentos calientes y automáticamente se va instalando el deseo natural de incorporar más frutas y verduras a nuestra dieta y darle a nuestro cuerpo esas vitaminas tan necesarias.
Ver todo el contenidoSecar el cabello al aire libre parece bastante simple. Uno se lava el pelo, deja que la naturaleza y el calor natural del verano hagan lo suyo. Sin embargo, no es tan fácil como parece porque la mayoría de las veces, cuando se seca, queda un cabello desordenado, encrespado y con frizz.
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