La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y, por lo tanto, siempre está expuesta a los mayores peligros. En pleno verano y frente a las altas temperaturas, uno de los cuadros más comunes que podemos sufrir es la insolación, que se produce cuando uno se expone de forma prolongada al sol, lo que provoca fallos en la termorregulación del cuerpo.
Ver todo el contenidoCon el verano los días se tornan más largos y con ello se reactivan las actividades al aire libre. Atrás quedan las ganas de consumir alimentos calientes y automáticamente se va instalando el deseo natural de incorporar más frutas y verduras a nuestra dieta y darle a nuestro cuerpo esas vitaminas tan necesarias.
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